Define tus prioridades
- Gina Rodríguez
- 20 may 2021
- 2 Min. de lectura

“—Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará”
La sociedad de hoy ejerce una presión fuertísima de consumismo, de poseer, de acumular riquezas temporales. Nos provoca a utilizar todo el tiempo que tenemos disponible a actividades y ocupaciones del mundo. De acuerdo a estos valores, es imperativo ser productivo y rentable, utilizar absolutamente cada momento de nuestras vidas a actividades productivas.
La Biblia presenta un estilo de vida mucho más equilibrado y sabio. María, la hermana de Lázaro, buscaba la comunión con Jesús y escuchar sus enseñanzas, incluso dejó a un lado las actividades que tenía programadas para el día (Lucas 10:38-42). Obviamente, en nuestra vida cotidiana, tenemos obligaciones, deberes y limitaciones. Es importante cumplir con nuestras responsabilidades familiares y laborales. Tampoco se discute el hecho de llevar a cabo actividades que promuevan el desarrollo y salud de las personas. Sin embargo, todos deberíamos hacernos las siguientes preguntas: ¿Cuáles son mis prioridades en la vida? ¿Estoy tan absorto en ocupaciones terrenales que, descuido lo esencial a los ojos de Dios o, permito que el Espíritu Santo me sensibilice a los deseos del Padre Celestial? ¿Mi vida está orientada a responder el llamado de Dios y darle gloria?
Los discípulos que deseen responder favorablemente a estas tres preguntas deberán definir sus prioridades, la manera cómo aprovecha su tiempo, y sus recursos. Por momentos, será necesario alejarnos de ese ritmo de vida apresurado y afanoso, para encontrarnos con nuestro Creador, alabarlo y adorarlo. “¡Alaben al Señor, nuestro Dios, ¡y arrodíllense delante de sus pies! ¡Dios es santo! “ (Salmos 99:5)
Dios anhela la presencia de Sus hijos y los desea cerca de Él. Hagamos un paréntesis para apartarnos y estar en comunión con el Altísimo. (Mateo 17.1)
Nuestras ocupaciones y responsabilidades son importantes, pero no deben impedir que nos refugiemos en los brazos de nuestro Padre Celestial.
El Señor te llama a entregarle tu vida, ahí donde estás, en la situación que te encuentres ahora mismo: Soltero, casado, empresario, estudiante, mamá, papá, esposo, hijo. Una vida significante y valiosa comienza siguiendo como discípulo a Jesucristo, aprendiendo de Él, caminando con Él y en obediencia a Sus mandatos.
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