Aprende a escuchar a Dios

Una de las cosas más importantes que podemos aprender como cristianos es, escuchar la voz de Dios. Nuestro corazón debe anhelar oír Su voz, conocer más de Dios todo poderoso y misericordioso. Así como lo dice en Salmo 37:4

“Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón”.

La Biblia es el primer lugar donde debemos dirigirnos para escuchar la voz de Dios, es la Palabra escrita, la principal forma en que Dios nos habla. Cuanto más conocemos a Dios, más fácil nos resulta discernir Su voz, entonces, debemos estudiar las Escrituras, meditar en ellas, buscar tiempos de quietud y silencio reflexionando y orando.

Este mundo está lleno de tantas tentaciones, pensamientos e imágenes que nos distraen, que pueden dificultar nuestro enfoque totalmente en Cristo. Cuántas veces estamos absortos en nuestras preocupaciones e intenciones y somos sordos a la voz de Dios. Es imperativo darle prioridad a escuchar la voz de Dios antes que nuestros propios intereses y actividades. Es posible que ya tengamos organizada nuestra agenda, nuestras ocupaciones, las cosas que queremos y estamos ansiosos por hacer, pero, si vamos a escuchar la voz de Dios, debemos estar preparados para dejarlo todo, y entregarnos a Él, llenarnos de Su presencia, sentarnos a sus pies y permitir que nos hable (Lucas 10:39b).

Cuando el joven Samuel escuchó el llamado del Señor en el templo, respondió “Habla, que tu siervo escucha” (1 Samuel 3:10). Un verdadero discípulo de Jesús, escucha Su palabra, la acoge y la vive. Dispongamos nuestro corazón para escuchar lo que el Señor quiere decirnos, alíneate a Su palabra y permite que te hable.