top of page

El amor de Dios cambia todo.




Gina Rodríguez. Misión de Gracia

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz

(Eclesiastés 3.1-8)

Los cambios son inevitables. En este pasaje de Eclesiastés leemos que, a lo largo de nuestra vida nos enfrentaremos constantemente a cambios. Los seres humanos nos resistimos a cambiar porque tenemos miedo de lo desconocido, porque nos resistimos a salir de la zona de confort y de nuestra rutina y porque tenemos una obsesión por controlarlo todo.


Precisamente, una de mis grandes debilidades es tratar de controlar mis circunstancias para protegerme de mis fallas y mis fracasos. Esta actitud consume todas mis energías y no ayuda para nada, sólo me causa mucha frustración, me roba mi paz y mi gozo.

Los cambios nos llevan a nuevos inicios, a nuevos comienzos, pero hacer cambios requiere valor. Ser valiente no significa no sentir miedo, más bien significa actuar aún en presencia del miedo. Se requiere valor para realizar cambios en esas áreas de nuestra vida que no están bien (relaciones tóxicas, malos hábitos, adicciones).

Empecemos en oración. Oremos para que el Señor nos transforme a Su imagen y semejanza. Oremos para que el Espíritu Santo produzca el carácter de Cristo en nuestras vidas. Oremos por sabiduría y discernimiento para aplicar Su palabra de una manera práctica. Oremos para que el Espíritu nos enseñe dominio propio para tener fortaleza y lograr los cambios que se requieren en nuestra vida.

Siempre hay cosas que podemos cambiar para bien. Yo no puedo cambiarme a mí misma, tampoco puedo cambiar las circunstancias de mi vida, pero el Espíritu Santo si puede. Su gracia nos cambia y nos libera. El Espíritu Santo puede cambiarnos y darnos paz mientras esperamos en el Señor que se encargue de todo.

Jesucristo es el autor de nuestra fe y Su plan para nuestras vidas refleja Su fidelidad y amor por nosotros. Entrégale tu vida completamente a Jesucristo para que Él te dirija, te enseñe y te muestre los cambios que necesitas hacer. Recurre a la Palabra de Dios, recurre a Sus promesas cuando sientas temor y no permitas que el miedo te desvíe del llamado que Dios quiere para tu vida.

 
 
 

Comments


logo2_edited.png
  • White Instagram Icon
  • White YouTube Icon
  • Facebook
  • Spotify
  • Soundcloud

Encuéntranos en

C. San Francisco #330

Col. El Charquillo, S.L.P., San Luis Potosí

S.L.P. México  -  C.P. 78413

Servicios dominicales 11:00 AM

bottom of page