El miedo te estanca

Devocional Martes 6 de octubre de 2020

Gina Rodríguez, Misión de Gracia

¿Tienes miedo de algo el día de hoy?, hay tantas preocupaciones que ocupan nuestra mente: ¿Qué voy a hacer si me llego a enfermar? ¿Qué hago si pierdo mi trabajo? ¿Qué futuro tendrán mis hijos? ¿Qué hago si me quedo solo? ¿Qué hago si me rechazan? Más bien, la pregunta que debemos hacernos es ¿Cómo puedo aprender a confiar en Dios en medio de estas circunstancias?

El miedo no es de Dios, mientras tu ames a Dios, mientras tu le entregas tu vida a Dios, y vivas de acuerdo a Sus preceptos, entonces el espíritu de miedo no debe dominarte. El miedo es el mayor obstáculo para lograr los propósitos que Dios tiene para ti. El miedo te estanca, el miedo no te permite dar el siguiente paso.

Alabaré al Señor, pase lo que pase. Constantemente hablaré de sus glorias y de su gracia. 2 Me gloriaré de todas sus bondades para conmigo. Anímense todos los desalentados. 3 Proclamemos juntos la grandeza del Señor, y ensalcemos su nombre. 4 Porque clamé a él y él me respondió. Me libró de todos mis temores. 5 Otros también estaban radiantes por lo que él había hecho por ellos. No estaban cabizbajos ni avergonzados. 6 Este pobre clamó al Señor; el Señor lo escuchó y lo libró de todas sus tribulaciones. (Salmos 34:1-6 NBV)

En estos versos, el Salmista expresa espléndidamente la bondad de Dios. Cuando David enfrentaba pruebas e incertidumbre, sin duda que descansaba por completo en la bondad de Dios. Este texto da respuesta a todas nuestras preguntas a todas nuestras preocupaciones y miedos.

David confiaba en la única verdad que conocía: Dios es bueno. Aún en medio de las peores circunstancias David alaba a Dios: Bendeciré a Jehová en todo tiempo;

Su alabanza estará de continuo en mi boca. (Salmo 34:1 RVR 1960). Igual que David, cuando nos paraliza el miedo, cuando estamos enfrentando dolor y sufrimiento en nuestras vidas, escogemos depender de la bondad de Dios, ponemos nuestra esperanza en Él. Lo alabamos con nuestros labios, nuestra mente y nuestro corazón.