Entrenarse para una vida espiritual
- John Mazariegos
- 21 nov 2020
- 2 Min. de lectura

Todos estamos familiarizados con los ejercicios físicos para estar saludables y fortalecer nuestro cuerpo: caminata, atletismo, levantar pesas, yoga, ciclismo, etc. En el ámbito espiritual, ¿qué hacemos para fortalecer nuestra fe, para crecer espiritualmente y entrenar nuestra alma? Aquí es donde las Disciplinas Espirituales entran en juego. El Diccionario de la Santa Biblia nos da la siguiente definición: aquellos comportamientos que aumentan nuestro crecimiento espiritual y nos permiten crecer hacia la madurez espiritual.
… “y más bien entrénate para una vida dedicada a Dios. 8 El ejercicio físico te sirve de algo, pero una vida dedicada a Dios te trae bendiciones tanto para la vida presente como para la del mundo venidero” (1 Timoteo 4: 7-8 PDT)
No solamente debemos esperar, de manera espontánea el crecimiento espiritual, debemos buscarlo y procurarlo. Hay una transformación milagrosa que tiene lugar dentro de nosotros por el poder del Espíritu Santo. Este proceso de crecimiento y desarrollo espiritual empieza en el momento en que una persona tiene un encuentro con Jesucristo, pero también de nuestra parte, se requiere trabajar y practicar para fortalecer las cualidades del espíritu, para construir los músculos de nuestro carácter y expandir nuestra vida interna.
Para los seguidores de Cristo, que creemos en la salvación por gracia exclusivamente, las Disciplinas Espirituales no son un medio para ganarse el cielo, son un medio para que Dios nos transforme. Las disciplinas no dejan de lado nuestra necesidad de la gracia, es un proceso continuo de crecimiento para ser más y más como Cristo.
Oración, ayuno, meditación en las Escrituras, obediencia, evangelismo, perdón, alabanza, gratitud, servicio. Cualquier cosa que glorifique a Dios y nos permita desarrollar una relación más íntima con Cristo Jesús es una disciplina espiritual.
El entrenamiento en las disciplinas espirituales hará una gran diferencia en nuestras vidas, Es verdad que requiere trabajo y tiempo, requiere renunciar y dejar ir cosas que tienen gran valor para nuestra vida, pero que nos distraen de nuestro enfoque en Jesucristo.
Entrenar en las disciplinas espirituales beneficia nuestra vida porque nos permiten pasar tiempo en la presencia de Dios, escuchar Su voz, nos da paz, sabiduría y resiliencia, pero también nos preparan para enfrentar la adversidad y momentos de crisis con nuestra fe bien fortalecida.
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