La fuente de tu seguridad.

Gina Rodríguez, Misión de Gracia

“Pero benditos son los que confían en el Señor     y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza”.

Jeremías 17:7 NTV

Leer este pasaje me hace confrontarme con uno de los aspectos que más lucho en mi vida, precisamente: la confianza. ¿En verdad mi confianza está puesta única y exclusivamente en el Señor? ¿Estoy confiando por completo en Dios o, me apoyo en mis propias fuerzas?

El problema de la seguridad y la confianza, es la fuente de donde la tomamos. El mundo me dice que debo confiar en mí misma y en mis habilidades para lograr mis metas y mis sueños. ¿Para esto me llamó Dios, para poner mi fe en mis logros, en mi educación, en mi cuenta bancaria, en mi intelecto? En Jeremías 9:23-24 leemos que la fuente de la seguridad no está dentro de mí, pero en Dios. La seguridad de los creyentes en Jesucristo proviene de una relación íntima con Dios nuestro Señor, en la confianza que nos da saber que Él nos creó para un propósito específico, y vivir para llevarlo a cabo a través de Su poder y Gracia. Estamos en esta vida no para nuestras ambiciones personales, sino para la gloria de Dios.

“Que no se gloríe el sabio de su sabiduría,     ni el poderoso de su poder,     ni el rico de su riqueza. Si alguien ha de gloriarse,     que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor,     que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia,     pues es lo que a mí me agrada”

Jeremías 9:23-24 NTV

Aunque vivimos en una cultura donde se exalta el conocimiento y el éxito profesional, donde la satisfacción de los deseos y necesidad personales son prioridad, en estos tiempos, es imperativo que nos recordemos constantemente lo que significa poner nuestra confianza en Dios todo poderoso, recordarnos que lo verdaderamente importante para un creyente es, conocer a Dios a través de la fe en Jesucristo. Meditemos en Su Palabra, pasemos tiempo en oración para, que confiemos menos en nuestras propias fuerzas, pero en el poder del Espíritu Santo