Un corazón dispuesto a seguir a Dios

Señor dame un corazón que esté dispuesto a seguirte a donde tú quieres llevarme.

No siempre me siento con ánimo de seguir mi llamado. Hay días que lucho con esto, me cuesta mucho enfocarme en los propósitos que Dios quiere lograr en mí. Más bien quiero darme por vencida, esconderme, renunciar. Aun cuando soy un seguidor de Jesucristo, aun cuando reconozco Su mano poderosa en todo lo que hago y todo lo que soy, por momentos, la vida me parece difícil de enfrentar, la vida me presenta una adversidad tras otra, una decepción tras otra, una lucha tras otra y siento que me faltan las fuerzas.

Pero cuando quiero apartarme de todo, cuando estoy desanimada y temerosa, cuando siento que ya no puedo más, me enfrento ante la siguiente resolución: Renunciar a todo o, clamar ayuda a Dios.

“Por el camino de tus mandamientos correré, porque tú ensancharás mi corazón”.

(Salmo 119:32 LBLA)

Yo no puedo hacer esto por mí misma, no puedo hacerlo sóla, únicamente a través del Espíritu Santo puedo lograr el propósito que Él tiene para mi vida. Oro para que Dios me muestre el camino por donde quiere llevarme, oro por sabiduría para tomar las decisiones correctas y le confío a Dios todos mis proyectos, mis anhelos y mis intenciones.